La unidad básica del lenguaje plástico es el gesto gráfico, al igual que la palabra lo es del lenguaje literario. Naso trabaja sobre el gesto, el trazo, la pincelada; tratando de descubrir su esencia, su potencial semántico.
Siempre desde un estado de ánimo favorable, una vez elegida la técnica, dibuja series rápidas de "caligrafismos" en las que descarga su tensión creativa. Después -con una mirada más sosegada- estudia, analiza y selecciona aquellos gestos cargados de expresividad y elocuencia.